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lunes, 15 de noviembre de 2021

Todos sabíamos lo de Facebook

 

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Estado de Opinión
LUNES, 15 DE NOVIEMBRE DE 2021

Pablo Ximénez de Sandoval

Todos sabíamos lo de Facebook

Gracias a una filtración hemos visto papeles en los que se muestra que los creadores y desarrolladores de Facebook, la mayor red social del mundo, eran perfectamente conscientes de los efectos nocivos de su producto para los usuarios. ¿Y nosotros no? Las señales estaban ahí. Lo dijeron ellos mismos, nos recuerda esta semana en un artículo el escritor Juan Gabriel Vásquez. La filtración “ha demostrado, con documentos internos, lo mismo que muchos llevábamos años diciendo sin ellos”, escribe en El nuevo escándalo no es nuevo.

Vásquez no tiene Facebook. No es que se haya desencantado, Asegura que fue una decisión consciente desde el principio, cuando solo se intuía el lado oscuro de esta comunicación instantánea y global. Después vendrían declaraciones tan elocuentes como esta, de Sean Parker, uno de los fundadores: “Se trata de daros un toque de dopamina cada cierto tiempo, porque a alguien le ha gustado una foto o ha comentado un post”, dijo Parker en 2017. “Se trata de explotar una vulnerabilidad de la psicología humana. Los inventores, los creadores, lo entendimos conscientemente. Y lo hicimos de todas formas. Esto cambia literalmente tu relación con la sociedad, con los otros… Sólo Dios sabe lo que está causando en las mentes de nuestros hijos”.

Facebook estimula el cerebro para lograr cada vez más interacción del usuario y así poder codificar su comportamiento y vendérselo a los anunciantes. Ese es su negocio. Es una poderosísima herramienta para que las empresas encuentren con enorme precisión a alguien que está pensando en comprarse un coche, o que va a tener un bebé. Pero para lograr la atención del usuario su robot interno (el algoritmo), ofrece contenido cada vez más extremo, que altera las emociones hasta el punto de convencerlo, por ejemplo, de asaltar el Capitolio. “Facebook y sus redes compinches trabajan allí, en esa curiosa dictadura de las emociones, y poco importa que su materia prima —lo que la máquina virtual manipula y mastica y escupe para provecho de unos cuantos— sea el ego de unas adolescentes frágiles o el rencor alucinado de un colectivo de fanáticos”, escribe Vásquez.

El terremoto de las filtraciones de la exempleada Frances Hauguen sobre Facebook, que incluso ha cambiado de nombre y ahora se llamará Meta, lleva más de un mes acelerando la conversación mundial sobre la regulación pendiente de las redes sociales. Aquí hay varios artículos más que han recogido esta inquietud:

Pronto y mal, escribía Rosa Montero este domingo: “Que las redes tienen una vertiente venenosa es algo de lo que hablamos constantemente sin hacer nunca nada”.

Meta no existe y Mark Zuckerberg no es su dueño, escribía el sábado Nuria Labari, sobre el cambio de nombre de la compañía.

- Lluís Bassets escribía El enemigo está en casa: “No hay amenaza exterior. La globalización de los últimos 30 años ha sacrificado la seguridad en favor de los beneficios”.

EL PAÍS ha publicado un editorial reciente, Facebook sin máscara: La invención de Meta no debe ocultar la necesidad de la compañía de regular sus probados efectos tóxicos.

Y estas son nuestras propuestas de lecturas de Opinión de hoy:

EDITORIALES

No basta una cumbre de compromiso

Glasgow no es el acuerdo de emergencia, pero consigue avances tanto en mitigación como en adaptación

Al rescate de la salud mental

Poder pagarse una terapia es un nuevo factor de desigualdad porque la Sanidad Pública no dispone de recursos para atender la altísima demanda social

TRIBUNAS

¿Por qué pagamos la luz tan cara?

Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables, explica lo que está pasando con el recibo de la luz y cómo adaptarse: “Como consecuencia de la situación de volatilidad del mercado mayorista y de la campaña de ofertas a precio fijo de las grandes eléctricas, muchos consumidores están abandonando la tarifa regulada para pasarse al mercado liberalizado. Mantenerse en la tarifa regulada, incluso con el actual diseño, además de ser un derecho es una buena decisión”.

Estado de Opinión

MARIO TAMA (AFP)

El gran perturbador

Wolfgang Münchau escribe en su tribuna semanal sobre las criptomonedas y la inteligencia artificial como los dos mayores factores de desestabilidad política de nuestra época, y advierte contra los bancos centrales que subestiman esta tecnología: “A nivel tecnológico, la batalla que se libra en estos momento no es entre lo digital y lo analógico, sino entre lo digital y lo digital”.

El nuevo escándalo no es nuevo

Las revelaciones de Haugen han demostrado lo que muchos llevábamos años diciendo: Zuckerberg y Facebook mienten a conciencia, escribe Juan Gabriel Vásquez. Saben perfectamente del efecto nocivo que su modelo de negocio.

NUESTRAS FIRMAS

Catilinaria

Sin conocimientos ni memoria ―sin sintaxis― las posibilidades de comunicación se retrotraen a estados prehumanos. Se pierden sentido crítico y sentido del humor. Por Marta Sanz

Palabras envenenadas, políticas sanas

Privatizaciones y copagos favorecen a los hogares más necesitados. Y, para mí, eso es ser de izquierdas. Por Víctor Lapuente

“Yolanda es el Power Ranger rojo”

La clave del poder ‘ranger’ no reside en ser hombre o mujer, sino en la fragilidad misma y su posible metamorfosis. Por Nuria Labari

Humanidad

En el final de 2021 nadie podrá quejarse de aburrimiento. Los acontecimientos, casi todos rodeados por una bruma funesta, se precipitan a una velocidad que cuesta trabajo procesar. Por Almudena Grandes

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